Todas las prácticas nos llevan a la raíz: al Sistema Nervioso

Hasta ahora hemos hablado del burnout, del estrés y de los síntomas que estos síndromes o dolencias muestran en nuestro cuerpo. Es hora de ir a la raíz y hablar del sistema nervioso, ya que, como iréis viendo durante todo este viaje, al igual que todos los caminos nos llevan a Roma, todas las prácticas nos llevan al sistema nervioso.

Lo primero y más importante es entender qué es el sistema nervioso, qué importancia tiene y cómo impacta en todo nuestro organismo.

¿Qué es el sistema nervioso y por qué es importante?

El sistema nervioso es una de las redes más complejas y fascinantes de nuestro cuerpo. Compuesto por el cerebro, la médula espinal y una vasta red de nervios, este sistema regula y coordina todas las funciones corporales, desde los latidos del corazón hasta el control de nuestros movimientos y la gestión de nuestras emociones. En esencia, es el centro de mando de nuestro cuerpo, procesando información y enviando señales a diferentes partes para que actúen en consecuencia.

Su importancia no puede ser subestimada, ya que el sistema nervioso nos permite interactuar con el mundo que nos rodea, responder a estímulos, aprender nuevas habilidades y adaptarnos a situaciones cambiantes. Sin un sistema nervioso en buen estado, nuestras capacidades físicas y mentales se ven comprometidas, afectando nuestro bienestar general.

Como decíamos, el sistema nervioso es una vasta red de células que se extiende por todo nuestro cuerpo y se encarga de recibir, procesar y enviar información. 

Está compuesto por dos partes principales:

  1. Sistema Nervioso Central (SNC): Incluye el cerebro y la médula espinal. El cerebro es el centro de control de todas nuestras funciones corporales, mientras que la médula espinal actúa como una autopista de información que conecta el cerebro con el resto del cuerpo.

  2. Sistema Nervioso Periférico (SNP): Consiste en todos los nervios que se extienden desde el cerebro y la médula espinal hacia el resto del cuerpo. Se subdivide en dos sistemas principales:

    • Sistema Nervioso Somático: Controla las acciones voluntarias, como mover los músculos.

    • Sistema Nervioso Autónomo: Regula las funciones involuntarias, como la respiración, la digestión y la frecuencia cardíaca.

Dentro del Sistema Nervioso Autónomo, que regula las funciones involuntarias, encontramos dos ramas clave que juegan un papel crucial en cómo nuestro cuerpo maneja el estrés:

  • Sistema Nervioso Simpático: Prepara al cuerpo para situaciones de emergencia o estrés activando la respuesta de “lucha, huida o congelamiento”. Cuando enfrentamos una amenaza, ya sea real o percibida, esta parte del sistema nervioso incrementa la frecuencia cardíaca, dilata las pupilas y moviliza la energía necesaria para responder rápidamente.

  • Sistema Nervioso Parasimpático: Promueve la relajación y la recuperación después de que ha pasado una situación de estrés. Este sistema reduce la frecuencia cardíaca, contrae las pupilas y estimula la digestión y otras funciones de mantenimiento y recuperación del cuerpo.

Es importante que nos quedemos, sobre todo, con esta última división del sistema nervioso porque es de la que más vamos a estar hablando en adelante, del Sistema Nervioso Simpático y el Parasimpático. 

¿Por qué es importante entender nuestro Sistema Nervioso?

En nuestra vida cotidiana, especialmente en el entorno laboral y personal, es fácil encontrarnos con situaciones que activan nuestro Sistema Nervioso Simpático, desencadenando una respuesta de estrés. 

Desafortunadamente, nuestro sistema nervioso no distingue entre una amenaza real e inminente, como ser perseguido por un león, y un estrés psicológico, como recibir un correo urgente de nuestro jefe. En ambos casos, nuestro cuerpo reacciona de la misma manera: preparándose para la acción.

Si esta activación del sistema nervioso simpático es frecuente y prolongada, puede llevar a un estado de estrés crónico. Este sobreestímulo continuo afecta negativamente a nuestra salud, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares, trastornos digestivos, y trastornos de ansiedad y depresión. A largo plazo, esta constante activación puede contribuir al desarrollo del burnout, un estado de agotamiento emocional, mental y físico.

Cómo identificar el estado de nuestro Sistema Nervioso

Un Sistema Nervioso en equilibrio nos va a permitir tener una mayor capacidad de gestión emocional. 

Reconocer en qué estado se encuentra nuestro sistema nervioso nos permite tomar medidas proactivas para restablecer el equilibrio. A continuación, algunos ejemplos de cómo identificar cómo está funcionando tu sistema nervioso:

Sistema Nervioso Simpático Activo: Cuando tu corazón late más rápido, tu respiración es superficial y rápida, sientes una oleada de energía nerviosa, o tu cuerpo está tenso, es probable que tu sistema simpático esté activado. Esto suele ocurrir en situaciones de estrés agudo o presión intensa, como al enfrentar un plazo inminente o recibir una crítica inesperada.
Si recordáis lo que hablábamos hace unas semanas, sobre la sintomatología física de cada uno de los estados de estrés y burnout, es lo mismo de lo que estamos hablando en este momento. Son los estímulos - o estresores - los que van a activar el sistema nervioso simpático y harán que nuestro cuerpo se prepare para “luchar”.

Es importante también que tengamos en cuenta, que los estresores que nos activa, no siempre tienen por qué ser externos si no que en muchos casos el estímulo que nos activa proviene de nuestro propio diálogo interno. Me gustaría que os quedáseis con esa reflexión por ahora porque volveremos a hablar - y mucho - de esa voz interior que todos tenemos y que puede ser nuestra mejor amiga o nuestra peor enemiga. 

Sistema Nervioso Parasimpático Activo: Si notas que tu respiración es lenta y profunda, tu cuerpo está relajado, y sientes una sensación de calma y bienestar, tu sistema nervioso parasimpático está en acción. Este estado es típico después de practicar actividades relajantes como meditación, yoga, o simplemente disfrutar de un momento tranquilo en la naturaleza, un baño, un masaje…

La importancia de mantener el sistema nervioso en equilibrio para las funciones corporales

El sistema nervioso no solo influye en nuestra respuesta al estrés, sino que también juega un papel crucial en muchas funciones corporales esenciales. Un sistema nervioso equilibrado es vital para:

Digestión: Un sistema nervioso parasimpático activo promueve una digestión eficiente y saludable. Cuando estamos en un estado de calma, nuestro cuerpo puede concentrarse en descomponer los alimentos y absorber los nutrientes necesarios.

De hecho, cada vez aparecen más cuentas y más cursos en los que hablan de los efectos del cortisol en la acumulación de grasa corporal. El descanso, el sueño y la calma son cruciales para que nuestro cuerpo pueda estar a punto y eso también incluye el peso. 

Regeneración Celular: Durante los estados de descanso y sueño, el cuerpo se enfoca en la reparación y regeneración celular. Un sistema nervioso equilibrado es crucial para facilitar este proceso.

Función Inmunológica: Un sistema nervioso equilibrado apoya un sistema inmunológico saludable, reduciendo la susceptibilidad a enfermedades y promoviendo una respuesta inmune adecuada.

Salud Cardiovascular: Mantener un equilibrio entre los sistemas simpático y parasimpático es esencial para regular la presión arterial y la frecuencia cardíaca, reduciendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

El Sistema Nervioso y su relación con el Estrés y el Burnout

Como ya venimos hablando las últimas semanas, el estrés y el burnout son dos de los problemas más comunes y serios que enfrentamos en la sociedad moderna, y ambos están intrínsecamente ligados al funcionamiento del sistema nervioso. Cuando experimentamos estrés agudo, el sistema nervioso simpático se activa, preparando al cuerpo para la respuesta de "lucha, huida o congelación". Esto puede ser útil en situaciones de peligro inmediato, pero cuando el estrés se vuelve crónico, este estado de alerta constante puede llevar a un desgaste del sistema nervioso y, eventualmente, al burnout.

El burnout, a diferencia del estrés agudo, es una condición de agotamiento extremo que afecta tanto al cuerpo como a la mente. Es el resultado de un estrés prolongado sin suficiente tiempo de recuperación, lo que lleva a un estado en el que el sistema nervioso no puede retornar a su estado natural de calma. Esto puede manifestarse en una variedad de síntomas, incluyendo fatiga, apatía, problemas de concentración y una sensación general de desesperanza.

La importancia del Sistema Nervioso en el mundo del Yoga, la Meditación y el Mindfulness

En las prácticas de yoga, meditación y mindfulness, el sistema nervioso juega un papel central. Estas disciplinas están diseñadas para calmar la mente y el cuerpo, promoviendo un estado de equilibrio y relajación. A través de técnicas como la respiración consciente, las posturas de yoga y la meditación guiada, se estimula el sistema nervioso parasimpático, que es responsable de las funciones de "descanso y digestión". Este sistema contrarresta la activación del sistema nervioso simpático, ayudando a reducir los niveles de estrés y promoviendo un estado de calma y bienestar.

Además, estas prácticas no solo ayudan a calmar el sistema nervioso, sino que también fortalecen nuestra resiliencia frente al estrés. Al aprender a responder de manera consciente a los estímulos estresantes en lugar de reaccionar impulsivamente, desarrollamos una mayor capacidad para manejar el estrés de manera efectiva, evitando que se acumule y lleve al burnout.

Estamos viendo que mantener un sistema nervioso equilibrado es fundamental para la salud y el bienestar general. Hasta ahora, hemos comenzado a trabajar la Respiración Consciente en las prácticas de los sábados. Iremos incluyendo momentos de mindfulness y pequeñas meditaciones para que nos vayamos acostumbrando a crear esos espacios de calma y descanso para el sistema nervioso. 

A través de estas prácticas podemos cultivar un sistema nervioso equilibrado que no solo nos ayuda a manejar mejor el estrés, sino que también mejora nuestra salud general y calidad de vida. Como todos los caminos nos llevan al sistema nervioso, es hora de comenzar a prestar más atención a esta parte crucial de nuestro bienestar.

La próxima semana comenzaremos a hablar de Meditación para empezar a entender qué es eso de lo que habla todo el mundo y por qué es tan importante. 

Hasta entonces, ¡nos vemos en la cuenta de Instagram!

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Vida Consciente no es un servicio de psicología. La información y las prácticas que ofrecemos están destinadas a promover el bienestar general y no sustituyen el diagnóstico o tratamiento profesional de salud mental. Si identificas síntomas graves de burnout u otros problemas de salud mental, te recomendamos encarecidamente que busques la ayuda de un profesional cualificado que pueda proporcionarte la orientación y el tratamiento adecuados. Tu salud y bienestar son nuestra prioridad, y un profesional de la salud mental está capacitado para brindarte el apoyo necesario.


Créditos:

Foto 1 - Felix Mittermeier

Foto 2 - Andrea Piacquadio

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